MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS Y AGUAS. RIEGO Y DRENAJE
Efecto de la secuencia de cultivos sobre las fracciones de materia orgánica y nitrógeno bajo siembra directa en la región pampeana semiárida sur
Erica Susana Schmidt*1 & Nilda Mabel Amiotti1-2
1 Departamento de Agronomía, Universidad Nacional del Sur (UNS), San Andrés 800, Bahía Blanca 8000, Buenos Aires, Argentina.
*Autor de contacto: eschmidt@criba.edu.ar
Recibido: 27-10-16
Recibido con revisiones: 07-11-16
Aceptado: 22-12-16
RESUMEN
Para que la siembra directa (SD) exprese al máximo sus beneficios es necesario contar con un adecuado nivel de cobertura del suelo, lo cuál se logra a través de una adecuada planificación de las rotaciones. Estos estudios cobran particular importancia en regiones semiáridas, donde la elección de los cultivos se encuentra restringida. Se propuso como objetivo determinar el efecto de la implementación de distintas secuencias de cultivos bajo SD continua por 15 años sobre el contenido y calidad de la materia orgánica (MO) y su posterior incidencia en los stocks de nitrógeno (N) en suelos de la región pampeana semiárida sur. Las unidades experimentales constituyeron 13 lotes en producción agrícola con diferentes rotaciones: i) secuencias de cultivos invernales (Inv./Inv.), ii) secuencias de cultivos invernales con barbecho prolongado por un año (Inv./Bar.) y iii) secuencias de cultivos invernales y estivales (Inv./Est.). Se determinó el porcentaje de cobertura de rastrojos y se realizó el muestreo del horizonte superficial (0-5 cm y 5-20 cm). Las determinaciones efectuadas incluyeron: pH, carbono orgánico total (COT), carbono orgánico particulado (COP), nitrógeno total (NT) y nitrógeno particulado (NP). Los resultados obtenidos mostraron que en los lotes con secuencias Inv./Est., los porcentajes de cobertura fueron menores al 30%, condición que afectó negativamente la dinámica de la MO y el N del suelo. Por otra parte, una mayor presencia de gramíneas invernales en las secuencias derivó en una cobertura de rastrojos más elevada y a mayores stocks de COT, COP, NT y NP en el horizonte superficial de los suelos. Este planteo debería considerarse para el área de estudio al analizar la sustentabilidad del sistema, la que estaría en riesgo cuando se introducen en la secuencia especies estivales de bajos aportes de residuos.
Palabras clave: Región semiárida pampeana; Cultivos invernales y estivales; Fraccionamiento granulométrico.
Effect of crop sequence under no tillage on organic matter and nitrogen fractions in the southern semiarid pampean region
ABSTRACT
It is necessary to have an adequate level of residue in soil surface in order to express the benefits of no-tillage system (SD), which is achieved through proper planning of rotations. These studies are particularly important in semiarid regions, where the crop options are limited. The aim of this study was to analyze the effect of different crop sequences under SD on the content and quality of organic matter (OM) and its subsequent impact on nitrogen (N) stocks in soils of the southern semiarid pampean region. The experimental units were 13 plots under agricultural production, with different crop sequences: i) winter crops (Inv./Inv.), winter crops with prolonged fallow (Inv./Bar.) and winter and summer crops (Inv./Est.). Soil cover (%) was determined and sampling of topsoil (0-5 cm and 5-20 cm) was performed. The following soil variables were determined: pH, total organic carbon (YOC), particulate organic carbon (POC), total nitrogen (TN) and particulate nitrogen (PN). Soil cover was lower than 30% in Inv./Est. a condition that negatively affected the dynamics of OM and N. On the other hand, a higher amount of winter grain crops in the sequences resulted in a more elevated soil coverage together with higher stocks of TOC, POC, TN and PN. Monoculture of winter crops under SD should be considered in the analysis of the system sustainability for the study area, which in accord with our results, is at risk by introducing summer grain crops with low residues contributions in the management of crop sequence.
Key words: Semiarid pampean region; Winter and summer crops; Soil size fractionation.
INTRODUCCIÓN
La SD constituye un sistema de labranza conservacionista donde no se realizan disturbios importantes al suelo
excepto el movimiento que efectúan los abresurcos de la
sembradora al abrir una estrecha franja donde se localizarán las semillas, y la presencia de residuos desde la cosecha del cultivo al momento de siembra del siguiente, supera el 30% de cobertura (Karayel, 2009). En la actualidad
la mayor parte de la producción agrícola extensiva en
nuestro país se realiza bajo este sistema, el que surgió como
una alternativa promisoria para la conservación de los
recursos naturales y el mejoramiento de la producción
agropecuaria, alcanzando en el mundo las 150 millones
de ha. En la Argentina, esta tecnología también se expande, reemplazando a otros sistemas de laboreo conservacionistas y convencionales, comprendiendo 29 millones
de ha en el año 2013 (Kassam et al., 2015).
Inicialmente adoptada en la pampa húmeda, la SD se
expandió hacia la zona subhúmeda y semiárida, donde los
agrosistemas se emplazan en regiones ecológicas más
frágiles y de resiliencia baja. Su difusión se vincula inicialmente a la optimización del uso del agua en una zona donde
el recurso es escaso (Noellemeyer et al., 2013); al control
de los procesos erosivos (Hevia et al., 2007); a la conservación y/o incremento de la MO y a la racionalización del
uso de la maquinaria agrícola (Lal et al., 2007). Esencialmente se la recomienda por el mantenimiento de cobertura vegetal sobre el suelo y la no remoción de la capa superficial, lo que contribuiría a la conservación y mejoramiento de la calidad de los suelos (Buschiazzo et al., 1998;
Reicosky, 2008).
La alternancia temporal de diferentes cultivos en el
mismo espacio, es un recurso comprobado para mantener
la diversificación del agrosistema (Quiroga et al., 2015).
Sus beneficios están asociados a la acción de las diferentes especies sobre la disponibilidad de agua y nutrientes,
la dinámica de las plagas y patógenos, la presencia de sustancias inhibitorias o promotoras del crecimiento y sobre
la condición física, química y biológica del suelo (Ruffo & Parsons, 2004). En SD, a las ventajas descriptas anteriormente, deben agregarse un mayor nivel de cobertura y presencia de diferentes tipos de rastrojos con lo que se logra
incrementos de MO y un mejor control de la erosión (Forján & Manso, 2006).
Los estudios basados en el fraccionamiento granulométrico de la MO permitieron avanzar en el conocimiento de su dinámica, su relación con el manejo agronómico y su importancia en la nutrición de los cultivos (Galantini,
2005a). Especialmente, la fracción particulada de la MO o
del carbono orgánico (COP) compuesta por partículas de
mayor tamaño que el humus, y libre de la matriz mineral,
resulta clave para interpretar cambios en la calidad del suelo
y su productividad. El incremento de esta fracción es altamente dependiente del aporte anual de residuos de cultivos, y se ve afectada por el sistema de labranza (Quiroga & Funaro, 2004). Además, resulta de interés el estudio del
N asociado a la fracción gruesa del suelo, ya que sus contenidos están asociados con la capacidad potencial de la MO
para aportar este nutriente a los cultivos (Koutika et al.,
2008).
Si bien algunos estudios concluyeron que la reducción
de las labranzas tendría un mayor impacto en los stocks de
COT en el suelo que el acrecentamiento en la complejidad
de la rotación (West & Post, 2002; Álvarez et al., 2014),
la influencia de las distintas secuencias agrícolas sobre los
contenidos de COT y la dinámica del N es una de las más
antiguas y universalmente reconocidas (Novelli et al.,
2011). Esto cobra particular importancia en sistemas bajo
SD, donde las pérdidas por descomposición son bajas y los
ingresos de C adquieren mayor relevancia (Bono et al.,
2008).
Es indudable que la cantidad y calidad de los aportes de
los residuos orgánicos afectan el stock de COT, y en los
sistemas agrícolas su nivel de equilibrio puede ser relacionado linealmente con la cantidad de residuos aplicados al
suelo. De esta manera, la reducción de los períodos de barbecho y la incorporación de gramíneas como el trigo, maíz
o sorgo en las rotaciones permitiría un mayor enriquecimiento de COT, COP y posiblemente una más elevada capacidad de suministrar N en los suelos asociado a sus sistemas radiculares extendidos y a la mayor producción de
biomasa de residuos a través del año de estas especies
(Studdert et al., 2000; Duval et al., 2015). Al respecto,
estudios realizados en Dakota del Norte (USA) por Krupinsky et al. (2007) señalan que el trigo produce altos
niveles de cobertura (en general más de 90%) mientras que
el girasol produce niveles del orden del 45% y 70%. A largo plazo, con la utilización de la gramínea en las rotaciones, existirían mayores oportunidades para ingresar C al
suelo vía fotosíntesis y de lograr mayores reservas de MO
(Franzluebbers, 2004), condición que mejora las propiedades físicas, químicas y biológicas edáficas.
El monocultivo de especies invernales bajo SD se está difundiendo en el SO bonaerense. Sin embargo, su implementación podría resultar controversial por su posible impacto ambiental y económico negativo, ya que aumenta el nivel de insumos en una zona marginal de alto riesgo
(Kruger et al., 2014). Por otra parte, estos autores señalan
que bajo estas secuencias se lograría una mejor gestión del
agua, manteniendo además una alta cobertura superficial
de rastrojos contribuyendo a la sustentabilidad del sistema (García Préchac, 2004).
Para que la SD exprese al máximo sus beneficios es necesario contar con un adecuado nivel de cobertura del suelo,
lo cuál se logra a través de una adecuada planificación de
las rotaciones bajo SD (Revelli et al., 2010). Estos estudios
cobran particular importancia en regiones subhúmedas o
semiáridas, donde la elección de los cultivos se encuentra
restringida por las condiciones climáticas y económicas. En
este contexto, se propuso como objetivo determinar el
efecto de la implementación de distintas secuencias de
cultivos bajo SD continua y prolongada sobre el contenido
y calidad de la MO y su posterior incidencia en los stocks
de N en suelos de la región pampeana semiárida sur.
MATERIALES Y MÉTODOS
Caracterización del área de estudio y tratamientos
La presente investigación se desarrolló evaluando sistemas
reales de modo tal que las tareas se llevaron a cabo en establecimientos agrícolas representativos del SO bonaerense ubicados entre los 38º54´S, 61º38´O y los 38º34´S, 61º42´O,
a aproximadamente 50 km al NNE y E de la ciudad de Bahía
Blanca. El clima es subhúmedo seco, mesotermal, con una precipitación media anual para las estaciones meteorológicas más
cercanas al área de trabajo de 580 mm (Bahía Blanca, serie
histórica 1900-2009) y 604 mm (Cabildo, serie histórica 1904-2009) (Scian, 2010). Los suelos estudiados clasifican como
Paleustoles petrocálcicos (Soil Survey Staff- USDA, 2010) con
secuencia de horizontes del tipo A- AC- C- Ck - 2Ckm. Los cultivos
más importantes en cuanto al área sembrada son los de ciclo
inverno-primaveral mientras que las especies estivales resultan de menor importancia en cuanto a su grado de adopción.
Se consideró un total de 13 lotes en producción agrícola pura
bajo SD continua por un lapso de 15 años. Al seleccionar los sitios de muestreo se trató de mantener, tanto como fue posible,
uniformidad en los factores de pedogénesis a fin de convalidar
las comparaciones y poder atribuir las diferencias encontradas a cuestiones relacionadas meramente con las prácticas de
manejo adoptadas. Se consideraron distintas rotaciones normalmente utilizadas en la zona: i) cultivos invernales (Inv./Inv.:
4 lotes), ii) cultivos invernales con barbecho prolongado por
un año (Inv./Bar.: 4 lotes), y iii) cultivos invernales y estivales
(Inv./Est.: 5 lotes), las que constituyeron las tres secuencias de
cultivo a evaluar (Tabla 1). En el caso de los cultivos de invierno
(generalmente trigo o cebada), la siembra comienza alrededor del mes de mayo con una fertilización que incluye 60-80 kg ha-1 de fosfato diamónico (18-20-0). En general se agrega
urea (46-0-0) al macollaje, regulando la dosis en función de
las condiciones climáticas y la disponibilidad de N y agua en
el suelo. Los rendimientos oscilan entre 1500 y 3000 kg ha-1.
En el caso de la especie estival (girasol) la siembra es en octubre-noviembre. El rendimiento promedio es bajo y variable (100-1000 kg ha-1).
Tabla 1. Valores medios de arena, limo y arcilla, clase textural y número de cultivos para las distintas secuencias de cultivo evaluadas.
Table 1. Mean values of clay, silt, and sand content (g kg-1), resulting textural class of the A horizon and number of crops under the evaluated
crop sequences.
Muestreo y determinaciones analíticas
En cada uno de los lotes se tomaron muestras al azar,
disturbadas (compuestas por 25 submuestras) y no disturbadas,
a comienzos del otoño del año 2009 en la zona central de los
mismos, evitando los bordes y las áreas de mayor tránsito
(cabeceras). Se realizó el muestreo del horizonte superficial
(0-5 cm y 5-20 cm). Todas las variables se presentan también
para la capa 0-20 cm a través del cálculo del promedio ponderado o la suma, de las dos profundidades muestreadas, según
correspondiera. Se evaluó el porcentaje de cobertura de rastrojos por el método de la línea transecta (Morrison et al., 1993),
repitiendo el procedimiento cinco veces en cada lote. Las determinaciones efectuadas en los horizontes superficiales de
los suelos incluyeron: pH en suspensión suelo-agua relación 1:2,5
(potenciométrico), carbono orgánico total (COT, g kg-1) por
el método de Walkey & Black (Nelson & Sommers, 1996) y
N total (NT, g kg-1) por el método micro-Kjeldahl (Bremner & Mulvaney, 1996). Se realizó además el fraccionamiento
granulométrico por tamizado en húmedo con tamiz de 0,1 mm
(Galantini, 2005b) a fin de cuantificar los contenidos de carbono orgánico particulado (COP, Mg ha-1) y N total particulado
(NP, Mg ha-1) en la fracción gruesa (0,1-2 mm). Por diferencia,
se determinaron los valores de carbono orgánico y N recalcitrantes, asociados a la fracción fina (COR y NR, respectivamente). Los contenidos de COT, NT y sus fracciones fueron
transformados a valores de stock mediante el producto entre
la concentración correspondiente, el espesor del suelo considerado y las densidades aparentes. Esta propiedad presentó valores de 1,27 y 1,47 en Inv./Inv.; 1,34 y 1,48 en Inv./Est., y 1,38
y 1,42 en Inv./Bar. para las profundidades de 0-5 cm y 5-20 cm,
respectivamente.
Análisis estadístico
El presente trabajo es un estudio observacional de modo
que cada lote perteneciente a cada una de las rotaciones
comparadas (Inv./Inv, Inv./Est. e Inv./Bar.) constituyó una unidad experimental. El diseño fue completamente aleatorizado,
con 4 o 5 repeticiones (lotes) por tratamiento (N: 13). Se utilizaron técnicas descriptivas (cálculo de valores medios y
desvíos estándar). Las variables evaluadas fueron sometidas
a un análisis de varianza (ANOVA simple), con comparaciones
múltiples de medias a través de la prueba DMS protegida de
Fisher (p<0,05). Los datos fueron analizados mediante el
software estadístico InfoStat (Di Rienzo et al., 2015).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las observaciones de campo indicaron diferencias significativas en el porcentaje de cobertura entre tratamientos, con los niveles más elevados en Inv./Inv. e Inv./Bar. respecto a Inv./Est. (Fig. 1). En el caso de las secuencias de cultivos invernales y estivales, la SD no se comportó como una práctica de manejo conservacionista por el bajo nivel de cobertura promedio logrado (25%), presentando además, una mayor dispersión en sus valores (CV: 37%) respecto a Inv./Inv. (CV: 13%) e Inv./Bar. (CV: 15%). Resultados similares a los obtenidos en este trabajo fueron reportados por López et al. (2015) para el SO de Buenos Aires, quienes señalan una cobertura promedio del 36,6% bajo monocultivo de especies invernales. Dichos autores establecieron que al incorporar cultivos estivales en las rotaciones, los valores de cobertura medios fueron del 31,5%. Sin embargo, también encontraron que cuando se incorporaron cultivos de verano en las rotaciones, el 63% de los lotes poseían una cobertura del suelo menor a la establecida por la bibliografía como necesaria para considerarla agricultura de conservación
Figura 1. Porcentaje de cobertura del suelo para las distintas secuencias de cultivo evaluadas.
Figure 1. Soil cover under the evaluated crop sequences.
Letras distintas indican diferencias significativas entre secuencias de cultivo (p<0,05). Las barras indican el valor del error estándar de las medias.
Different letters indicate significant differences between crop sequences (p<0.05). Bars indicate the standard error of the means.
En todos los lotes estudiados la reacción del suelo fue ligeramente ácida, con valores de pH que oscilaron entre 5,6 y 6,4. En el tratamiento Inv./Inv. se observó una mayor acidificación en la profundidad 0-5 cm (p < 0,03), con diferencias de 0,2 a 0,3 unidades respecto a Inv./Bar. e Inv./Est. respectivamente (Tabla 2). Este comportamiento podría asociarse a los mayores contenidos de COT en la secuencia de cultivos invernales sumado a la formación de ácidos orgánicos y nitrificación de amonio por la aplicación superficial de fertilizantes nitrogenados (Thomas et al., 2007). Para todos los suelos estudiados se encontró una relación negativa significativa entre los contenidos de COT y el pH en la capa más superficial del suelo (r: -0,70; p< 0,01; N: 13). En las profundidades de 5-20 cm y 0-20 cm no se detectaron diferencias significativas de pH entre los tratamientos comparados.
Tabla 2. Valores medios ± error estándar de pH y relaciones carbono orgánico total/nitrógeno total (COT/NT),
carbono orgánico particulado/nitrógeno particulado (COP/NP), carbono orgánico particulado/ carbono orgánico total
(COP/COT) y nitrógeno particulado/nitrógeno total (NP/NT) para las distintas secuencias de cultivo y profundidades
evaluadas.
Table 2. Mean values ± standard error of pH and total organic carbon/total nitrogen (COT/NT), particulate organic
carbon/particulate nitrogen (COP/NP), particulate organic carbon/total organic carbon (COP/COT) and particulate
nitrogen/total nitrogen (NP/NT) relationships under the evaluated crop sequences and depths.
Letras distintas indican diferencias significativas entre secuencias de cultivo para cada profundidad (p<0,05).
Mean values followed by different letters indicate significant differences between crop sequences for each depth (p<0.05).
Los contenidos medios de COT fueron significativamente más elevados en Inv./Inv. respecto a Inv./Est. en las tres profundidades evaluadas (Fig. 2), mientras que en el tratamiento Inv./Bar. se observaron stocks de COT intermedios. El girasol es normalmente incorporado en las secuencias bajo SD para cortar el ciclo de plagas y enfermedades. Sin embargo sus rendimientos en la región son por lo general bajos y presentan una alta variabilidad, lo que se asocia a las elevadas temperaturas y la escasez y erraticidad de las precipitaciones en el período estival (Schmidt et al., 2013). De esta manera, y tal como cita la bibliografía (Studdert et al., 2000; Franzluebbers, 2004), una mayor participación de las gramíneas en las secuencias de cultivo de la región mejora el balance de C de los suelos.
Figura 2. Contenidos de carbono orgánico particulado (COP), recalcitrante (COR) y total para las distintas secuencias de cultivo y profundidades evaluadas.
Figure 2. Average particulate (COP), mineral-associated fraction (COR) and total organic carbon stocks under the evaluated crop sequences and depths.
Letras distintas indican diferencias significativas entre secuencias de cultivo para cada profundidad (p<0,05).
Mean values followed by different letters indicate significant differences between crop sequences for each depth (p<0.05).
Las diferencias obtenidas para los contenidos de COT
entre los tratamientos comparados fueron, en promedio,
del 18% mientras que los stocks de COP mostraron variaciones de hasta el 33% al comparar las distintas secuencias de cultivo. Esto confirma que la proporción de la fracción más activa del COT resulta ser un indicador sensible
cuando se evalúa el efecto del manejo sobre los suelos (Álvarez et al., 2011).
En la secuencia Inv./Inv. se detectaron los mayores
valores de COT asociado a la fracción > 0,1 mm en todas
las profundidades evaluadas (Fig. 2). Considerando el
horizonte superficial (0-20 cm), los valores de COP registrados en dicha secuencia (10,6 Mg ha-1) resultaron entre
un 26% y un 39% superiores a los obtenidos en Inv./Bar.
(8,4 Mg ha-1) e Inv./Est. (7,6 Mg ha-1), respectivamente.
Galantini et al. (2007b) en trabajos que consideran secuencias de cultivos que incluyen al trigo y al girasol en la región semiárida-subhúmeda, reportan valores de C unido a la fracción gruesa en los horizontes superficiales de
los suelos más bajos a los obtenidos en esta investigación.
Las variaciones en la proporción del C orgánico más
fácilmente mineralizable respecto del COT, permiten inferir acerca del enriquecimiento o pérdida de C en los suelos. Sin embargo, en este trabajo no se detectaron diferencias significativas (p>0,05) en las relaciones COP/COT
entre las secuencias de cultivo evaluadas (Tabla 2). En promedio para todos los lotes, el COP representó el 23% del
COT. Quiroga et al. (2005) en Haplustoles énticos de la
región semiárida señalan relaciones COP/COT en sistemas sin disturbar del 50%. Por el uso agrícola prolongado
este porcentaje se reduce sensiblemente, indicando una
pérdida mayor de la fracción más lábil.
El COR del suelo no tuvo diferencias (p>0,05) entre
los tratamientos evaluados (Fig. 2). Estos resultados coinciden con lo reportado por algunos autores, quienes
afirman que por su baja labilidad, los valores de COR no
deberían ser muy diferentes entre suelos de texturas similares bajo distintas prácticas de manejo (Eiza et al., 2005).
El NT es el nutriente que en mayor medida condiciona
el crecimiento y rendimiento de los cultivos en los suelos
de la región pampeana. A través de las rotaciones, es posible
combinar especies que dejen diferentes cantidades de residuos de distinta calidad y con ello modificar la disponibilidad de este nutriente para el cultivo siguiente (Power & Doran, 1988). El análisis realizado evidenció que los mayores stocks de NT en las tres profundidades se observaron
en Inv./Inv. e Inv./Bar. respecto a Inv./Est. aunque en la capa
de 5-20 cm las diferencias entre las distintas secuencias no
fueron estadísticamente significativas (Fig. 3).
Figura 3. Contenidos de nitrógeno particulado (NP), recalcitrante (NR) y total para las distintas secuencias de cultivo y profundidades evaluadas.
Figure 3. Average particulate (NP), mineral-associated fraction (NR) and total organic nitrogen stocks under the evaluated crop sequences and depths.
Letras distintas indican diferencias significativas entre secuencias de cultivo para cada profundidad (p<0,05).
Mean values followed by different letters indicate significant differences between crop sequences for each depth (p<0.05).
De la misma forma que para el COT, es posible determinar el N del suelo asociado a las diferentes fracciones
granulométricas. Los resultados obtenidos en el análisis del
NP fueron similares a los descriptos para el COP, con los
mayores contenidos en Inv./Inv. (p<0,05) (Fig. 3). Considerando el stock para el horizonte superficial (0-20 cm),
la secuencia de cultivos invernales acumuló aproximadamente 260 kg y 290 Kg más de NP por ha en relación a Inv./Est. e Inv./Bar., respectivamente.
También la secuencia Inv./Inv. presentó aumentos
significativos en la relación NP/NT en todas las profundidades analizadas respecto a Inv./Est. e Inv./Bar. (Tabla 2).
La calidad, cantidad y forma física de los residuos vegetales devueltos al suelo afectan la dinámica del N a través de
su incidencia sobre los procesos de inmovilización y mineralización (Sánchez et al., 1998). Tal como ya fuera explicitado, bajo las condiciones edafoclimáticas de la región
las especies invernales brindan un volumen de rastrojo más
elevado que el girasol, presentando además relaciones C/N más altas que los cultivos estivales. De esta manera, los
residuos de las gramíneas se descomponen lentamente, lo
que contribuiría a incrementar los contenidos de MO y nutrientes del suelo en el largo plazo (Andriulo & Cardone,
1998).
Los valores obtenidos para el NR, al igual que lo ocurrido para el COR, resultaron similares en los tres tratamientos comparados (Fig. 3). Los promedios registrados para
la profundidad 0-20 cm muestran que en el área de estudio, aproximadamente el 80% del N del suelo está asociado a la fracción mineral.
Se encontraron asociaciones significativas entre los
contenidos de COP y NP en todas las rotaciones evaluadas. En promedio, cada Mg ha-1 de COP estaría asociado
a 30, 40 y 50 kg de NP en Inv./Inv., Inv./Est. e Inv./Bar.,
respectivamente. Lo expuesto indica diferencias en la calidad de la MO particulada en cuanto a su concentración
de N, observándose un mayor aporte de este nutriente en
las rotaciones que producen menor cantidad de biomasa
(Kiessling, 2012). Los resultados encontrados en este trabajo son similares a los observados por dicho autor, quien
reporta valores entre 34 y 55 kg de NP asociados a cada
Mg de COP en suelos de la región semiárida pampeana.
La relación COT/NT de la MO expresa su grado de descomposición, así como la magnitud del aporte de N durante
su descomposición (Echeverría & Sainz Rozas, 2006). En el
análisis realizado no se detectó efecto de los tratamientos sobre las relaciones C/N tanto en la fracción entera del
suelo (< 2 mm) como en la fracción > 0,1 mm (Tabla 2). Los
valores de relación COT/NT para el horizonte superficial de
los suelos bajo estudio (0-20 cm) fueron de 12,7 (Inv./Bar.),
12,8 (Inv./Est.) y 13,5 (Inv./Inv.), mientras que las relaciones COP/NP mostraron valores de 13,4 (Inv./Inv.), 14,5 (Inv./Est.) y 17,2 (Inv./Bar.). Para ambos parámetros descriptos en
este trabajo, los resultados fueron similares a los reportados
por Galantini et al. (2007a) y Martínez et al. (2013) en lotes
bajo SD del sudoeste bonaerense.
CONCLUSIONES
En este trabajo se pretendió reflejar la realidad de campo
trabajando sobre lotes en producción ubicados en la región
pampeana semiárida sur, con el fin de evaluar el impacto de
la implementación de distintas secuencias de cultivo bajo SD
en condiciones de aplicación no controladas.
Los resultados obtenidos mostraron que en los lotes
bajo SD continua con secuencias de cultivos invernales y
estivales, los porcentajes de cobertura fueron bajos e incluso menores al 30%, umbral mínimo requerido para que
el sistema sea considerado conservacionista. Esta condición afectó negativamente la dinámica de la MO y el N del
horizonte superficial de los suelos cuando el girasol se
introdujo en las secuencias de cultivo.
Por otra parte, una mayor presencia de gramíneas
invernales en las secuencias derivó en una cobertura de
rastrojos más elevada y en mayores stocks de COT, COP,
NT y NP respecto al tratamiento que incluye girasol. Este
planteo debería considerarse para el área de estudio al analizar la sustentabilidad del sistema, la que estaría en
riesgo cuando se introducen en la secuencia especies estivales de bajos aportes de residuos.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a la SGCyT - UNS por aportar los fondos para realizar la presente investigación.
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