CONTAMINACIÓN DEL SUELO Y CALIDAD DEL MEDIO AMBIENTE
Drenaje y transporte vertical de herbicidas en dos molisoles de la pampa ondulada Argentina
Ana Clara Caprile*1; Virginia Carolina Aparicio2; Silvina Isabel Portela1; María Carolina Sasal3 & Andrián Enrique Andriulo1
1 INTA EEA Pergamino,
2 INTA EEA Balcarce
3 INTA EEA Paraná
* Autor de contacto: caprile.ana@inta.gob.ar
Recibido: 15-04-16
Recibido con revisiones: 22-08-16
Aceptado: 26-08-16
RESUMEN
El objetivo del trabajo fue evaluar la dinámica del drenaje de agua y la pérdida por transporte vertical de glifosato, atrazina y acetoclor en dos suelos de textura diferente cultivados con una rotación maíz-soja bajo siembra directa. Se utilizaron seis lisímetros (3,3 x 3,3 m x 1,2 m de profundidad) rellenados con un Hapludol típico (serie Junín) y un Argiudol típico (serie Pergamino). Las dosis de aplicación fueron de 3 a 7 L ha-1 para glifosato (48% pa) entre 2006 y 2012, 2 L ha-1 para atrazina (50% pa) en 2009 y 2,5 y 3 L ha-1 para acetoclor (84% pa) en 2003. Desde 2006, se midió el volumen de agua drenada después de cada lluvia y se determinó la concentración media de herbicidas considerando 13 períodos separados por ocupación (cultivo y barbecho) y momento de aplicación del herbicida. Si bien no hubo diferencias en el drenaje acumulado entre suelos para 2001-2012, existieron diferencias cuando se analizaron periodos de tiempo más cortos, registrándose pulsos de drenaje diferentes (flujo masal y preferencial) asociados a la textura y a las condiciones humedad. Cuando hubo detección de glifosato y AMPA, los drenajes del suelo Hapludol típico fueron 20 veces más concentrados en glifosato y contuvieron 75 veces más cantidad de AMPA que en el suelo Argiudol típico debido a su menor volumen. La atrazina fue detectada en todos los drenajes hasta 3 años después de su aplicación mientras que el acetoclor fue detectado hasta 9 años posteriores a la última aplicación. Estos resultados generan interrogantes acerca del posible aumento del riesgo de contaminación del agua subterránea por el aumento de las dosis de glifosato y por la detección de atrazina y acetoclor, varios años después de su última aplicación.
Palabras clave: Glifosato; Atrazina; Acetoclor; Lisímetros.
Drainage and vertical transport of herbicides in two mollisols of the Argentinian rolling pampa
ABSTRACT
The objective of this study was to evaluate deep drainage dynamics and associated herbicide (glyphosate, atrazine, acetochlor) losses in two soils of different texture cultivated with a maize-soybean sequence under no tillage. We used field lysimeters containing a Typic Hapludoll (Junín series) and a Typic Argiudoll (Pergamino Series). The applied doses varied from 3 to 7 L ha-1 for glyphosate (48% ap), 2 L ha-1 for atrazine (50% ap) in 2009 and of 2.5 and 3 L ha-1 for acetochlor (84% ap) in 2003. Since 2006, drainage volume was measured after each rain event producing drainage and herbicide concentration was measured in pooled samples corresponding to 13 periods separated according to occupation (crop and fallow) and herbicide application moment. Despite the absence of differences in accumulated soil drainage during 2001-2012, there were differences when shorter time periods were analyzed, recording pulses of different drainage type (masal and preferential flow) associated with texture and initial moisture conditions. When glyphosate and AMPA were detected, Junín drainage was 20 times more concentrated in glyphosate and contained 75 times the amount of AMPA than Pergamino due to its smaller volume. Atrazine was detected in all drainages up to 3 years after its application while the acetochlor was detected up to 9 years after its last application. These results raise questions about the possible increase in groundwater contamination risk due to increasing glyphosate doses and the detection of atrazine and acetochlor, several years after its last application.
Key words: Glyphosate; Atrazine; Acetochlor; Lysimeters.
INTRODUCCIÓN
El balance hidrológico de un ecosistema terrestre se
compone de la partición de la precipitación incidente en: vapor en forma de transpiración vegetal, evaporación del suelo
e intercepción del canopeo (evapotranspiración) y líquido
en forma de escurrimiento superficial y drenaje profundo
(rendimiento hídrico). Este balance controla, junto al clima,
el abastecimiento de cursos de agua superficiales y acuíferos.
Las características morfológicas, geológicas y edafológicas
de la Región Pampeana, con redes de evacuación de agua
incipientes, y el clima húmedo favorecen la infiltración y el
drenaje profundo, principalmente en otoño y primavera
cuando el balance de agua es positivo. El rendimiento hídrico oscila entre 29 y 36% en sistemas agrícolas de la región:
el escurrimiento representa ≈5%, mientras que ≈24% del
total de lluvia se pierde por drenaje, favoreciendo la recarga
del acuífero Pampeano (Auge, 2004; Nosetto et al., 2012; ).
Los suelos profundos y bien drenados de la subregión
Pampa Ondulada pertenecen al orden de los Molisoles: en
el noreste predominan los Argiudoles con horizonte Bt y
texturas franco arcillo limosas y arcillo limosas y hacia el
sudoeste aparecen los Hapludoles, con un desarrollo de
horizontes A-B2/AC-C y texturas franco arenosas, respectivamente (INTA, 1972). En estos suelos, el movimiento de
agua se produce por dos mecanismos: flujo masal o pistón,
que desplaza al agua preexistente y se presenta en situaciones de elevado contenido de humedad, y flujo preferencial o bypass, que corresponde al movimiento rápido del
agua en condiciones de no equilibrio a través de macroporos, grietas y fisuras del suelo (Hendrickx & Flury, 2001). El
flujo preferencial es predominante en suelos estructurados
(Weinzettel & Usunoff, 2001) y posibilita el transporte
rápido de contaminantes poco adsorbidos al suelo o adheridos a los coloides hacia el agua subterránea (Reichenberger et al., 2002; Kjær et al., 2005; FOCUS, 2014).
La agricultura pampeana se caracteriza por esquemas
de producción simplificados con predominio de cultivos de
primavera-verano, principalmente soja y secundariamente
maíz, bajo siembra directa (SD) con alta dependencia de
herbicidas de amplio espectro (Viglizzo et al., 2010). El glifosato representa el 80% de la cantidad total de herbicidas
comercializados en la Argentina (CASAFE, 2012). La atrazina le sigue en importancia y es el más utilizado en el cultivo
de maíz. El acetoclor fue muy utilizado durante los barbechos en la década de los ‘90, pero su uso ha disminuido en
los últimos años (MAIZAR, 2013; OPDS, 2013).
Borggaard & Gimsing (2008) señalaron que cuando
se aplica glifosato en periodos secos y ocurre una lluvia
primaveral intensa, el drenaje se produce por flujo preferencial en suelos bien estructurados y hay arrastre de glifosato. La ausencia de cultivos otoño-invernales conlleva
una subutilización del agua de lluvia, aumenta el rendimiento hídrico y favorece el ascenso freático, aumentando el riesgo de contaminación del agua subterránea
(Caviglia et al., 2004; Reynoso et al., 2005; Nosetto et al.,
2012; Bertram & Chiacchiera, 2014). Existen antecedentes de la presencia de glifosato y su metabolito, el ácido
amino metilfosfónico (AMPA), en aguas superficiales, subterráneas, sedimentos de escorrentía y suelos de la Pampa
Ondulada (Peruzzo et al., 2008; Sasal et al., 2010) y sudeste de Buenos Aires (Aparicio et al., 2013; Lupi et al.,
2015). También se detectaron atrazina y acetoclor en aguas
superficiales y subterráneas de diferentes cuencas de Argentina (De Gerónimo et al., 2014; Reynoso & Andriulo,
2008). En estudios previos realizados en lisímetros también se detectó la presencia de glifosato, AMPA y atrazina
en agua de drenaje de diferentes campañas analizadas
individualmente (Andriulo et al., 2004a; Andriulo et al.,
2004b; Andriulo et al., 2006; Hang et al., 2010). Estos estudios cubrieron un periodo limitado de tiempo, variando
desde eventos de lluvia individuales de pocos días hasta
periodos de monitoreo de 2 años. Considerando que estos
herbicidas han sido largamente usados, y que probablemente se acumulen en la matriz del suelo, es necesario considerar escalas de tiempo más largas y el impacto posterior
de las aplicaciones (U.S. Geological Survey, 1999; Norgaard et al., 2014; Vonberg et al., 2014).
El objetivo del trabajo fue evaluar la dinámica del drenaje profundo y la pérdida asociada de glifosato, su metabolito AMPA, atrazina y acetoclor en dos suelos de textura diferente cultivados con una rotación maíz-soja bajo
siembra directa. Se utilizaron lisímetros de relleno que son
ecosistemas cerrados que permiten cuantificar la entrada
y salida de agua, nutrientes y plaguicidas y comprender su
circulación en condiciones más parecidas a la realidad que
las de laboratorio (Abdou & Flury, 2004). Los estudios sobre
pérdidas de herbicidas por drenaje según tipo y ocupación
del suelo podrían resultar útiles en el reconocimiento de
prácticas agrícolas que mitiguen la contaminación de
acuíferos. Esto es particularmente importante si tenemos
en cuenta que el agua subterránea es la principal fuente
de agua para consumo humano en la región (INDEC, 2010).
MATERIALES Y MÉTODOS
Dispositivo experimental
El estudio se realizó en seis cajas lisimétricas de hormigón
armado (lisímetros de gravedad). Cada lisímetro tiene una superficie de 10 m2 (3,3 x 3,3 m x 1,2 m de profundidad) y no presenta
pendiente (Fig. 1). Las cajas lisimétricas fueron construidas entre
1969 y 1970 en la Estación Experimental Pergamino del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (33º51’S; 60º40'O)
y rellenadas con dos suelos de la Pampa Ondulada de textura diferente, tres con un Hapludol típico de la serie Junín (Ju) y tres
con un Argiudol típico de la serie Pergamino (Pe), respetando
la secuencia, el espesor y la densidad aparente de los horizontes.
Las características químicas y físicas de los suelos se presentan
en la Tabla 1. Los suelos apoyan sobre un lecho filtrante de arena
y grava que deriva el agua hacia un tubo de salida para recoger
el drenaje a 1,40 m de profundidad.
Figura 1.
Foto y esquema de
los lisímetros (sin escalar).
Figure 1. Photo and scheme of
the lysimeters (unscaled).
Tabla 1. Características físicas y químicas de las series de suelo Junín y Pergamino.
Table 1. Physical and chemical properties of soil series Junín and Pergamino.
CC: capacidad de campo; PMP: punto de marchitez permanente; CO: carbono orgánico; N Total: nitrógeno total; P: fósforo extractable; Ca:
calcio intercambiable; Mg magnesio intercambiable; CIC: capacidad de intercambio catiónico.
CC: field capacity; PMP: permanent wilting point; CO: organic carbon; N Total: total nitrogen; P: extractable phosphorus; Ca: exchange
calcium; Mg: exchange magnesium; CIC: cation exchange capacity.
Los lisímetros tuvieron agricultura continua con diferentes
cultivos durante los primeros 30 años y desde 2001 mantienen una rotación maíz-soja bajo SD con riego complementario por
goteo durante los ciclos de maíz.
El riego se aplicó de manera tal de asegurar un rendimiento
objetivo de 10 Mg ha-1 de maíz y no producir drenaje. Los rendimientos promedio del período 2001-2012 fueron de 3,8±1,0
Mg ha-1 para soja y 10±3,8 Mg ha-1 para maíz, sin diferencias
entre las series de suelo.
Se aplicó glifosato (48% pa) todos los años utilizando distintas dosis (Tabla 2 y Fig. 3). La última aplicación de atrazina (50%
pa) fue el 21/09/2009 y la dosis utilizada fue de 2 L ha-1. Se aplicó acetoclor (84% pa) el 26/05/2003 y el 14/10/2003 y las dosis fueron de 2,5 y 3 L ha-1, respectivamente.
Tabla 2. Fechas de inicio, fin y duración de los periodos, ocupación del suelo, fechas y dosis de aplicación de glifosato (pa 48%), lluvia acumulada y nº de eventos de lluvia por periodo, drenaje promedio acumulado,
concentración media de glifosato y ácido aminometilfosfórico (AMPA) para las series de suelo Junín (Ju) y Pergamino (Pe).
Table 2. Starting and ending dates, duration of periods, soil occupation, glyphosate (48% pa) application dates and rates, cumulative rainfall and number of rain events per period, cumulative average drainage,
glyphosate and aminomethylphosphonic acid (AMPA) mean concentrations for soil series Junín (Ju) and Pergamino (Pe).
ND*: no detectado; (–): sin drenaje. * ND: not detected; (-): Undrained
Mediciones
Las precipitaciones se registraron en la Estación Meteorológica de INTA Pergamino, ubicada a 50 m de los lisímetros.
Después de cada lluvia que produjo drenaje entre 2001 y 2012,
se midió el volumen drenado y se extrajo una muestra de agua
de cada lisímetro. Se comparó el drenaje de las dos series de
suelo a diferentes escalas temporales: a) drenaje total acumulado, b) drenaje acumulado durante cada barbecho o ciclo
de cultivo y c) drenaje acumulado mensualmente.
Desde 2006, las muestras de drenaje fueron agrupadas en
13 períodos teniendo en cuenta las fechas de aplicación de
glifosato y el tipo de ocupación (barbecho o cultivo); cada
muestra combinada se preparó tomando una alícuota proporcional al volumen drenado en cada evento. Se determinó la
concentración de glifosato y AMPA en los períodos correspondientes a dos ciclos de soja (2006/2007 y 2010/2011) y sus
barbechos antecesores (2006 y 2010) y un ciclo de maíz (2011/2012) y el barbecho posterior (2012). También se determinó atrazina y acetoclor durante el último ciclo de soja (2010/2011)
y su barbecho antecesor (2010) y el ciclo de maíz (2011/2012)
y el barbecho posterior (2012), en coincidencia con la determinación de glifosato y AMPA.
Las muestras se almacenaron en botellas a -20 ºC hasta
su análisis. Se analizaron con un Cromatógrafo Líquido de Ultra
Performance (ACQUITY UPLC® Waters) acoplado a un espectrómetro de masa/masa (Quatro Premier XE) (UPLC-MSMS). Las metodologías analíticas están descriptos en
Aparicio et al. (2013) y De Gerónimo et al. (2014).
La cantidad de herbicida o de metabolito perdido por drenaje se calculó por lisímetro como el producto del volumen
drenado por la concentración del agua de drenaje para cada
período. Cuando hubo detección por debajo del límite de cuantificación se utilizó el promedio entre el límite de detección
(0,1 μg L-1 para glifosato y AMPA y 0,0003 μg L-1 para atrazina)
y el de cuantificación (0,5 μg L-1 para glifosato y AMPA y 0,025 μg L-1 para atrazina). Para acetoclor, su límite de detección
es de 0,0075 μg L-, sin poseer límite de cuantificación.
En 2008, se obtuvo una muestra compuesta del espesor 0-5 cm de cada lisímetro para la aplicación del fraccionamiento
granulométrico del carbono orgánico del suelo (COS) por el
método de Cambardella & Elliot (1992), modificando la dispersión química por la mecánica mediante la agitación en agua con
bolitas de vidrio siguiendo las indicaciones de Feller (1979). El
tamizado se realizó con un tamiz de 53 µm de diámetro de malla.
Los resultados se expresaron como porcentaje de carbono orgánico de la fracción menor a 50 μm en relación al COS total.
Análisis estadístico
El diseño experimental fue completamente aleatorizado con tres repeticiones y dos tratamientos (serie de suelo). Las variables concentración y cantidad de herbicida no cumplieron con el supuesto de normalidad y se las transformó logarítmicamente. Se comparó el volumen drenado, la concentración media y la cantidad de herbicida lixiviado entre los dos tipos de suelo de acuerdo a su ocupación y dosis de aplicación mediante la prueba t (p<0,10). Se realizaron correlaciones entre el drenaje acumulado en cada período y el número de eventos de lluvia por período, el número de eventos durante el barbecho y el número de eventos durante el cultivo; las concentraciones y cantidades de glifosato y AMPA y el tiempo de duración de cada período y el tiempo transcurrido de la última aplicación. Se utilizó Infostat como programa estadístico (Di Rienzo et al., 2013).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Precipitaciones y drenaje
El período analizado presentó variaciones extremas en las
precipitaciones anuales, de 574 a 1561 mm (Fig. 2), con dos años
consecutivos con precipitaciones superiores a 1400 mm (entre
septiembre 2001 y agosto 2003) y la sequía de la campaña
2008-2009 que provocó pérdidas del 40% de la producción agrícola (Magrin et al., 2012). El coeficiente de variación en las precipitaciones de los 12 años fue de 31,4%,
de acuerdo con el análisis de Rodríguez et al. (2013) para
Pergamino, en donde la variabilidad decádica explica el
30% de la variación total.
Figura 2. Precipitación anual (barras) y media anual del periodo 1910-2012 (línea).
Figure 2. Annual rainfall (bars) and annual average rainfall for the period 1910-2012 (line).
El drenaje acumulado entre 2001 y 2012 fue similar
para las dos series de suelo (1704±149 mm). El drenaje
anual promedio fue de 155 mm, similar al estimado por
Portela et al. (2009) para el período 1998-2007 a partir de
un modelo de simulación (169 mm) y al calculado por balance hídrico según el método de Thornthwaite (133 mm;
INTA, 1972). Al igual que las precipitaciones, el drenaje
anual fue muy variable entre años: desde 1 mm en 2008
y 2009 a aproximadamente 500 mm en 2012.
Cuando se compararon los drenajes acumulados durante cada barbecho o ciclo de cultivo surgieron algunas
diferencias entre series de suelo (Fig. 3). Hubo una tendencia
a mayor variabilidad del volumen drenado en Pe que impidió encontrar diferencias entre series de suelo, principalmente durante el barbecho, lo cual podría ser explicado por
la mayor expresión de la anisotropía del perfil de esta serie
cuando el sistema de raíces no está activo. Cuando se
analizaron los drenajes mensuales (Fig. 4), se constataron
los dos mecanismos de movimiento de agua:
-flujo masal, observable en ambos suelos con volúmenes de agua elevados, con valores algo superiores en Ju (los volúmenes de drenaje se encuentran ≈13 mm por encima de la línea 1:1 de igual drenaje entre series) y en condiciones de barbecho o cuando los cultivos se hallaban en su etapa inicial o final,
-flujo preferencial, observable en Pe (suelo estructurado), con volúmenes de agua de hasta 65 mm mientras en Ju los volúmenes eran muy pequeños o nulos y con pulsos de lluvia abundantes que marcan el inicio del drenaje después de un estado de suelo seco (ya sea por elevada evapotranspiración o por escasas precipitaciones).
Figura 3. Precipitación y drenaje acumulado por tipo de ocupación del suelo (barbecho: B, soja: S, maíz: M) por año en las series de suelo Junín
y Pergamino. * Diferencia significativa (p< 0,10). Barras de error: desvío estándar. Triángulos invertidos: aplicaciones de glifosato. Rectángulo
con línea punteada: periodo de análisis de glifosato y AMPA.
Figure 3. Precipitation and cumulative drainage by soil occupation (fallow: B, soya: S, corn: M) per year in Junín and Pergamino soil series.
* Significant difference (p< 0.10). Error bars: standard deviation. Inverted triangles: glyphosate applications. Rectangle with dotted line:
glyphosate and AMPA analysis period.
Figura 4. Drenaje mensual para las series de suelo Junín y Pergamino para los años 2001-2012. Línea de puntos: relación de drenaje 1:1
Figure 4. Monthly drainage in Junín and Pergamino soil series for the years 2001-2012. Point Line: drainage ratio of 1:1.
Jarvis (2007) señala que el potencial de flujo preferencial depende de la naturaleza de la red de macroporos, que está determinada por los factores de formación y degradación de la estructura, incluyendo la abundancia y la actividad de la biota, la textura del suelo, las características del sitio (posición topográfica, velocidad del secado del perfil de suelo, vegetación) y manejo (cultivo, labranza, tránsito de maquinaria). Las lluvias de alta intensidad y/o de larga duración generan presiones de agua cercanas a la saturación que permiten que los macroporos se llenen con agua y la conduzcan con un flujo rápido y en condiciones de no equilibrio. Los efectos de la situación inicial en la que se produce el flujo preferencial son complejos, especialmente para los suelos que se vuelven repelentes al agua cuando se secan, o cuando la estructura depende del contenido de agua (como ocurre en suelos arcillosos con expansión y contracción) (Lin et al., 1998; Lin et al., 1999; Jarvis et al., 2002). En este caso, el agrietamiento del horizonte Bt, sumado a la presencia de macroporos originados por la SD conecta la superficie con la base del perfil dando origen al flujo preferencial de agua. Tampoco puede descartarse el efecto acelerador del drenaje producido en las paredes de los lisímetros que contienen la serie Pe durante condiciones de baja humedad, debido a la contracción del horizonte Bt.
Glifosato y AMPA
Los intervalos de drenaje en los que se detectó glifosato
y/o AMPA durante los períodos de barbecho en Ju fueron
0,2-5,9 mm y en Pe 7,2-132,3 mm, y durante los períodos
de cultivo en Ju fueron 1,4-15,4 mm y en Pe 3,6-10,6 mm.
Sobre el total de periodos de detección de glifosato y AMPA,
las tres cuartas partes y la mitad se detectaron en períodos
de barbecho en Ju y Pe, respectivamente (Tabla 2 y Fig. 3).
Las concentración promedio de glifosato de los 13
periodos analizados fue similar entre series de suelo (3,38µg L-1). Sin embargo, la cantidad promedio perdida fue mayor
en Ju que en Pe. La concentración promedio de AMPA fue
superior en Ju que en Pe, pero no hubo diferencias entre
series de suelo para la cantidad media perdida de 0,60 mg
ha-1 (Tabla 3). Los volúmenes de drenaje medios acumulados cuando hubo detección de AMPA fueron menores
en Ju que en Pe (Tabla 3) mientras que para glifosato la
diferencia tuvo la misma tendencia, aunque no llegó a ser
significativa (p<0,11). Considerando todos los periodos
analizados (Fig. 3), el volumen de drenaje correspondiente
a los periodos de barbecho superó en 8,2 y 4,3 veces el
volumen de drenaje durante los periodos de cultivo para
Ju y Pe, respectivamente. Para las dosis de aplicación más
elevadas, Ju registró concentraciones 27 veces mayores que
la dosis menos elevada. Esto no ocurrió para la concentración de AMPA en la misma serie de suelo ni para las concentraciones de glifosato y AMPA en Pe (Tabla 3).
Tabla 3. Comparación del drenaje acumulado entre periodos de ocupación, de la concentración
y cantidad de glifosato y AMPA y de la dosis de glifosato aplicado por periodo entre series de suelo
entre 2006 y 2012.
Table 3. Comparison between soil series for cumulative drainage under different soil occupation
periods, for concentration and amount of glyphosate and AMPA and effect of the applied dose
over glyphosate and AMPA mean concentrations in both soil series during the period 2006-2012
(*) Diferencias significativas al 10% entre columnas. (+) Alta: 7 L ha-1 o dos aplicaciones de 3 L ha-1
en cada periodo; Baja: una aplicación de 3 L ha-1 o ninguna aplicación en el periodo. Ju: Serie Junín. Pe:
Serie Pergamino. AMPA: ácido metilaminofosfórico.
(*) Significant differences 10% between columns. (+) High: 7 L ha-1 or two applications of 3 L ha-1 in
each period; Low: one application of 3 L ha-1 or no application in the period. Ju: Junín soil series. Pe:
Pergamino soil series. AMPA: aminomethylphosphonic acid
La duración del periodo y el tiempo transcurrido desde la última aplicación estuvieron directamente relacionados con la cantidad de glifosato encontrada en Ju pero no lo estuvieron en Pe. Sin embargo, en Pe, la concentración y la cantidad de AMPA estuvieron directamente relacionadas con la duración del periodo (Tabla 4).
Tabla 4. Coeficientes de correlación entre concentraciones y cantidades de glifosato y AMPA,
duración del periodo y tiempo transcurrido desde la última aplicación en cada serie de suelo
entre 2006 y 2012.
Table 4. Correlation coefficients between glyphosate and AMPA concentrations and
amounts, length of time and elapsed time since the last application in each soil series
between 2006 and 2012.
AMPA: ácido metilaminofosfórico. * Correlación significativa con p< 0,1
AMPA: aminomethylphosphonic acid. * Significant correlation with p< 0.1
La diferencia en concentraciones medias de AMPA
obedeció a un efecto de dilución en Pe (Tabla 3). Además,
las características del dispositivo experimental hacen que
el escurrimiento superficial sea nulo y, por lo tanto, existe
un mayor volumen de agua para drenar y potenciar el efecto
de dilución respecto de la situación a campo.
Por otro lado, los dos suelos estudiados manifiestan
una capacidad de adsorción diferente. Okada et al. (2016)
reportaron mayor adsorción de glifosato en el horizonte
superficial de un Argiudol típico de Pergamino (Kf = 173,4)
que en un Haplustol éntico de Manfredi (Kf = 101,7), con
contenido de arcilla similar a la de Ju.
También Rampoldi et al. (2014) reportaron la mayor
adsorción en Argiudoles que en Haplustoles con texturas
muy similares a la del presente trabajo bajo la misma secuencia de cultivos. Además, el contenido de Ca intercambiable, la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y el COS
de la fracción menor a 50 mm intervienen en la protección
de la molécula de glifosato (McConnell & Hossner, 1985;
Piccolo et al., 1996; Maitre et al., 2008 ). El suelo de Pe presentó, en todo el perfil, mayor contenido de calcio intercambiable y mayor CIC que Ju y mayor proporcιón de COS
en la fracción menor a 50 mm en el espesor 0-5 cm (85,6
vs 81,6%), lo cual explicaría una menor disponibilidad a
la degradación en Pe.
En los periodos 1, 2, 8 y 9 ( Tabla 2 y Fig. 3), luego de
periodos secos, el drenaje se reinició en Pe antes que en
Ju; esto se atribuyó al fluϕo preferencial, y se puede constatar la presencia de glifosato y/o AMPA, de acuerdo a lo
señalado por Borggaard & Gimsing (2008). Antes del
periodo 8 hubo dos aplicaciones, y en Pe no se detectó glifosato; sin embargo, en el periodo 9, sin aplicación, si se
lo detectó. Maître et al. (2008), trabajando con Argiudoles
de la región pampeana húmeda mostraron valores de coeficientes de adsorción de grado medio a elevado en tiempos relativamente cortos y de desorción medianamente
elevados. Esto estaría demostrando que el hecho de no
encontrar glifosato en el drenaje no significa que éste haya
sido degradado; sino más bien la expresión de un mecanismo de adsorción/desorción gobernando el movimiento del
plaguicida. Gimsing et al. (2004) mostraron que los procesos de adsorción y desorción de glifosato alteran su disponibilidad para los microorganismos a lo largo del tiempo.
El mecanismo de adsorción/desorción también puede
actuar con elevados volúmenes de drenaje, en el suelo que
tiene mayor capacidad de adsorción (Norgaard et al., 2014).
Sería el caso del AMPA detectado en Pe, en el período 5, en
muy baja concentración, con un drenaje importante, además del largo tiempo transcurrido entre la última aplicación
y el fin del periodo de toma de muestra que dio lugar a la
posible transformación de glifosato.
Finalmente, los lisímetros fueron concebidos para
estudiar el efecto del tipo de suelo sobre el drenaje y su
composición en el largo plazo. Cualquier disturbio significativo en el suelo para estudiar propiedades edáficas (por
ejemplo, físicas y su dinámica, o curvas de adsorción/desorción de glifosato y AMPA de cada horizonte), atenta
con la continuidad de los experimentos. A ello se suma la
dificultad para la aplicación de modelos de transporte de agua
y solutos a nivel edáfico, los cuales podrían echar más luz
en la demostración de la existencia de flujos masal y preferencial y su vinculación con el movimiento de plaguicidas.
No se dispuso de las concentraciones de iones conservativos
como cloruros o bromuros para vincularlos con el flujo de
agua. Tampoco es recomendable la utilización de glifosato
marcado con 14C, dado que estos lisímetros no son simples
columnas de suelos no disturbados adaptados para su seguimiento en laboratorio y su destrucción posterior.
Atrazina y acetoclor
Hang et al. (2010), trabajando en el mismo dispositivo
experimental en la
campaña de maíz 2001/2002, señalaron
que la alta proporción de residuos extractables encontrada
en el suelo de Ju sugería una baja afinidad de éste por la
atrazina y la necesidad de continuar con el monitoreo para
evaluar la estabilidad de dichos residuos y si éstos constituían un riesgo potencial para el acuífero. Efectivamente,
en el presente trabajo, la atrazina fue detectada en todas
las muestras analizadas y en Ju fue superior a Pe, tanto en
concentración media como en cantidad perdida (Tabla 5).
Además, se la detectó 3 años después de su última aplicación y, en algunos casos, superó los límites permitidos para
agua potable, según la Unión Europea, llegando a valores
de 0,455 µg L-1. Andriulo et al. (2006) detectaron atrazina
en el mismo dispositivo experimental, en el drenaje de la
campaña 2003/4, 8 meses y medio después de su última
aplicación. Vonberg et al. (2014) señalan que la atrazina
es muy persistente en el suelo y que en Alemania la siguen
detectando en agua subterránea 20 años después de haber
prohibido su uso.
Tabla 5. Drenaje acumulado, concentración media y cantidad perdida por drenaje de atrazina
y acetoclor en las series de suelo Junín y Pergamino entre el 31/03/2010 y el 31/10/2012.
Table 5. Cumulative drainage, atrazine and acetochlor mean concentration and amount values
lost by drainage in Junín and Pergamino soil series between 03/31/2010 and 10/31/2012.
*Comparación entre serie de suelos, letras distintas marcan diferencias significativas al 10%.
*Comparison between soil series, different letters mark significant differences to 10%.
La concentración de acetoclor no difirió entre series de
suelo. Sin embargo, la cantidad perdida por drenaje fue
superior en Pe que en Ju (Tabla 5). Se detectó acetoclor 7
y 9 años después de la última aplicación. Puede suceder que
Ju haya perdido acetoclor por drenaje más fácil y rápidamente durante el periodo anterior al considerado en este
trabajo, debido a la menor adsorción de la molécula por parte
del suelo de esta serie. En estudios donde se aplicó radio
marcación para seguir su ruta de degradación en el suelo,
se mostró que la formación de residuos no extractables
constituye un sumidero significativo, encontrándose entre
15 y 41% de la cantidad aplicada después de 84-90 días
(EFSA, 2011). En condiciones de laboratorio en suelos
agrícolas de Eslovaquia, se encontró una correlación positiva entre el grado de adsorción y desorción de acetoclor
y el contenido de COS y además una correlación negativa
con el pH actual (Tatarková et al., 2014). Se podría esperar
entonces que la serie Pe tuviera mayor adsorción que Ju
debido a su mayor contenido de COS en el horizonte superficial (Tabla 1). A su vez, esto podría traducirse en un
mayor tiempo de permanencia en el suelo y una lenta
desorción, en coincidencia con lo observado.
Según la base de datos sobre propiedades de los plaguicidas de la Universidad de Hertfordshire (2013), los herbicidas atrazina y acetoclor presentan una alta adsorción,
sugiriendo entonces un bajo riesgo de migración hacia el
agua subterránea. En éste sentido, Bedmar et al. (2011)
reportaron mayor adsorción en los horizontes superficiales de suelos ricos en COS y menor adsorción en los horizontes profundos. Sin embargo, la desorción de atrazina
y acetoclor no ha sido estudiada para estos suelos y podría
ser un proceso importante en el equilibrio químico edáfico
para explicar su aparición en aguas subterráneas años
después de su aplicación.
El riesgo de contaminación del agua subterránea por
plaguicidas surge de la combinación de la vulnerabilidad del
suelo, componente de la zona no saturada, y de la carga
contaminante. La carga está definida por la frecuencia y dosis aplicada de producto y por el momento de aplicación. El
suelo de la serie Junín, tiene menor capacidad de retención
de los herbicidas estudiados que el suelo de la serie Pergamino, y esto lo hace más vulnerable al sistema suelo-agua
(Warren & Weber, 1994; Dalpiaz, 2015). Como la dosis anual
de glifosato utilizada en la región, fue variando desde 3 L ha-1 en la década de 1990 hasta 12 L ha-1 en la actualidad (Souza
Casadinho, 2013), el riesgo de contaminación del acuífero
es mayor donde se encuentra la serie Junín.
El riesgo de encontrar glifosato y AMPA en el drenaje es
mucho menor durante los ciclos
de cultivo y particularmente cuando los cultivos están en pleno desarrollo porque disminuye la probabilidad de drenaje profundo. Sin embargo,
cuando se producen lluvias intensas en los momentos iniciales o finales de los cultivos de primavera-verano también existe la probabilidad de encontrarlos. En base a estas
consideraciones, debería prestarse más atención a los pronósticos de tiempo y las condiciones de humedad del suelo
antes de realizar una aplicación (Lewan et al., 2009).
El trabajo demuestra la importancia de los estudios de
largo plazo que involucran a los solutos relativamente inmóviles, foráneos al suelo, como los herbicidas estudiados.
CONCLUSIONES
Los suelos estudiados mostraron diferencias en la dinámica del drenaje que se relacionan con sus características
texturales y estructurales: a) comienzo de pequeños pulsos
de drenaje por flujo preferencial en el Argiudol estructurado, particularmente importantes luego de lluvias intensas
combinadas con condiciones de suelo seco; b) mayor
volumen de drenaje por flujo masal en el Hapludol durante
periodos de barbecho lluviosos y suelo húmedo y c) compensación de las dos dinámicas cuando se analizan periodos de mediano y largo plazo.
El tipo de suelo juega un rol fundamental en la lixiviación
de los herbicidas estudiados: los suelos de textura más
gruesa y menor contenido de materia orgánica los adsorben en menor proporción y, por ende, los pierden más fácilmente por drenaje. Además, la pérdida por flujo preferencial constituiría una vía importante en los suelos estructurados, de textura más fina.
El riesgo de contaminación por glifosato y AMPA fue
superior en Ju y varió en función de la dosis y del tiempo
transcurrido desde la última aplicación. La elevada persistencia y movilidad de atrazina y acetoclor fueron confirmadas en los suelos analizados. En este sentido, se hace
necesario profundizar el estudio de los procesos que los
controlan y ampliar su monitoreo a plazos más largos, dada
la posibilidad de encontrar cantidades crecientes en las
aguas subterráneas utilizadas para el consumo humano.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se desarrolló en el marco de los Programas Nacionales de INTA Suelo y Recursos Naturales, Gestión Ambiental y Ecorregiones y del Proyecto Regional con enfoque Territorial para el Norte de Buenos Aires. Agradecemos a los proyectos AEGA 22 1631 y AEGA 221641 por financiar las determinaciones analíticas. A Eduardo De Gerónimo por colaborar en las determinaciones de plaguicidas. A Fernando Rimatori, Diego Colombini y Fabio Villalba por el apoyo en las tareas de campo.
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