[article pii="nd" doctopic="oa" language="es" ccode="CAICYT" status="1" version="4.0" type="ilus gra" order="15" seccode="cds010" sponsor="nd" stitle="Cienc. suelo" volid="33" issueno="2" dateiso="20151200" fpage="0" lpage="0" issn="1850-2067"]

[front][titlegrp][title language="es"]APORTE DE LA FIJACIÓN BIOLÒGICA DE NITRÒGENO A LA EMISIÓN DE NzO DESDE EL SUELO CON CULTIVO DE SOJA[/title][/titlegrp]

 

[authgrp][author role="nd"][fname]VANINA ROSA NOEMÍ [/fname][surname]COSENTINO[/surname][/author]1-2*; [author role="nd"][fname]LUCRECIA NOEMÍ [/fname][surname]BRUTTI[/surname][/author]1-3; [author role="nd"][fname]GABRIELA [/fname][surname]CIVEIRA[/surname][/author]1 & [author role="nd"][fname]MIGUEL ÁNGEL [/fname][surname]TABOADA[/surname][/author][/authgrp]1-4

1 Instituto de suelos, CNIA, INTA Las cabañas y los reseros s/n
2 Cátedra de fertilidad y fertilizantes, Facultad de agronomía, UBA.
3 Cátedra de edafología, Facultad de agronomía, UBA.
4 CONICET

* Autor de contacto: cosentino.vanina@inta.gob.ar

Recibido: 16-09-14
Recibido con revisiones: 20-08-15
Aceptado: 20-08-15


[bibcom]RESUMEN

[abstract language="es"]El óxido nitroso (N2O) es el principal gas de efecto invernadero emitido desde el sector agrícola y su producción biológica en los suelos se genera por dos vías, la nitrificación y la desnitrificación. Recientemente el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) ha excluido de sus directrices de inventario a la Fijación Biológica del Nitrógeno (FBN) como fuente de emisión de N2O por los cultivos leguminosos, debido a la falta de evidencia segura sobre la existencia de estas emisiones. Pese a ello, en la actualidad se sigue discutiendo sobre la emisión de N2O real emitida desde los cultivos leguminosos a campo, en especial en soja que es el principal producto producido por la Argentina y fuente de biodiesel. La influencia de FBN sobre la emisión de N2O puede probarse utilizando variedades de soja no nodulante. El objetivo de este trabajo fue comparar y analizar la emisión de N2O desde suelos con cultivos de soja de variedad nodulante y no nodulante, con el fin de evaluar la influencia real del cultivo sobre la emisión de N2O a campo. Las muestras de gas fueron colectadas con cámaras cerradas no ventiladas. La emisión de N2O varió entre -9 y 15 |ig N-N2O m-2 h-1. Sólo se observó diferencia significativa en la emisión de N2O entre los tratamientos en la última fecha de muestreo (no nodulante > nodulante). La emisión de N2O se relacionó positivamente con la concentración de N-NO3- del suelo y con el espacio poroso lleno de agua (EPLLA). Esta ausencia de diferencia significativa en los valores de emisión de N2O entre los tratamientos, indica que la soja nodulante no emitió mayor cantidad de N2O que la no nodulante, revelando que la presencia de nódulos fijadores per se no afectó la cantidad de N2O emitida durante el crecimiento del cultivo de soja. Estos resultados avalan lo establecido por las últimas directrices de IPCC 2006 y ponen en cuestión otras metodologías de inventario que cargan más emisión de N2O a los cultivos de soja. Los resultados del presente estudio muestran que la FBN sólo causó un ligero impacto en la emisión de N2O, en concordancia con las últimas directrices del IPCC del 2006 para los inventarios de GEI.[/abstract]

Palabras clave. [keygrp scheme="nd"][keyword type="m" language="es"]Flujo de N2O, soja no nodulante, Leguminosas[/keyword][/keygrp].

CONTRIBUTION OF BIOLOGICAL NITROGEN FIXATION TO N20 EMISSION FROM SOIL UNDER SOYBEAN

ABSTRACT

[abstract language="en"]Nitrous oxide (N2O) is the main greenhouse gas (GHG) emitted from agricultural soils as a by-pass product of nitrification and denitrification processes. The Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) excluded from its GHG inventory guidelines in 2006 the Nitrogen Biological Fixation (NBF) as a source of N2O emissions by crop legumes, due to the lack of solid scientific evidenceon the existence of these emissions. However, at present the actual amount of N2O emissions by crop legumes in the field is still under investigation, with special emphasis on soybeans which are is the main commodity produced by Argentina and a main biodiesel source. The influence of NBF on N2O emissions can be tested using non-nodulating soybean varieties. This study aims to compare and analyse N2O emissions from nodulating and non-nodulating soybean varieties in order to clarify the actual influence of this commodity on field GHG emissions. Gas samples were collected from closed non-vented chambers. N2O emissions ranged from -9 to +15 |ig N-N2O m-2 h-1 and only in the last sampling date, values differed significantly between treatments (non-nodulating > nodulating soybean). N2O emissions were positively related with soil N-NO3 concentration and soil water-filled pore space (WFPS). Results show that in this field study, NBF caused only a slight impact on N2O emissions. These results agree with the latest IPCC guidelines in 2006 for GHG inventories.[/abstract]

Key words. [keygrp scheme="nd"][keyword type="m" language="en"]N2O flux, non nodulating soybean, legumes[/keyword][/keygrp].[/bibcom][/front]


 

[body]INTRODUCCIÓN

El óxido nitroso (N2O) es el principal gas de efecto invernadero emitido desde el sector agrícola y posee un poder de calentamiento global 298veces mayor al del CO2 para un marco de período de 100 años (IPCC, 2006).

La producción biológica del N2O en el suelo se genera por dos vías, la nitrificación y la desnitrificación. Ambos procesos microbianos se encuentran afectados por la disponibilidad de nitrógeno (N), la temperatura, el contenido hídrico y la concentración de oxígeno (O2) en el suelo, entre otros factores (Stehfest & Bouwman, 2006; Steenwerth & Belina, 2008; Jensen et ai., 2012).

La soja (Glycine maxL. Merrill.) es el principal cultivo de la Argentina, con una superficie sembrada que supera las 18 millones de hectáreas y una producción de 48,8 millones de toneladas anuales para la campaña 2010-2011 (INDEC, 2014). Actualmente la emisión de un GEI como el N2O, presenta elevada relevancia político-económica para nuestro país. La Argentina es un productor y exportador de commoditiesybiodiesel de soja. Las medidas impuestas sobre este cultivo por la Unión Europea y sus estados miembros afectan la importación y comercialización del cultivo de soja desde países como el nuestro. Esto ocurre, mediante las Directivas 2009/30/CE y 98/70/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, a partir de las cuales se introduce un mecanismo para controlar y reducir las emisiones de GEI, que incluyen la cuantificación de la emisión de N2O a partir del cultivo de soja (European Commission, 2013). El conocimiento generado en este trabajo, podría servir como información a tener en cuenta en las negociaciones diplomáticas ante la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Por otra parte, a diferencia de los cultivos no leguminosos, en los cuales el aporte de fertilizantes nitrogenados es una fuente importante de emisión de N2O, en los leguminosos como la soja se considera que la emisión proviene principalmente de la descomposición de sus residuos, del proceso de rizodeposición y del proceso de FBN (Jensen, 1996). Este último proceso era considerado hasta hace poco un factor de emisión de N2O (IPCC, 1996), pero el mismo IPCC lo ha excluido de sus directrices de inventario a partir de las normas IPCC (2006). Ello se debió a que se consideró que no había evidencia científica suficiente para incluir a la FBN como fuente de N2O (Ambus, 2005; Rochette & Janzen, 2005; Yang & Cai, 2005). Sin embargo, Cosentino et al. (2013) observaron en un ensayo realizado a campo altas tasas de emisión de N2O desde el cultivo de soja en el estadio cercano a floración que no pudieron ser explicadas por las principales variables reguladoras de la emisión de N2O (concentración de NO3-, EPLLA y temperatura). Este resultado generó la necesidad de buscar el responsable de este incremento en la emisión de N2O durante este estadio del cultivo.

El proceso de FBN puede participar en la emisión de N2O desde la zona cercana a la raíz, dado a que aumenta el contenido de N en el suelo que queda disponible y puede ser liberado a la atmósfera como N2O (Rochette et al., 2004; Snyder et al., 2009). El proceso de FBN comienza aproximadamente 30 días después de la siembra, aumenta hasta alcanzar su máximo durante el período reproductivo y cae durante el llenado de grano (Zapata et al., 1987). Sey et al. (2010) observaron que el 78% de las emisiones de N2O emitidas durante el ciclo de vida del cultivo de soja ocurren durante la etapa de crecimiento vegetativo.

En la actualidad se continua discutiendo fuertemente si el proceso de FBN aumenta o no la emisión de N2O desde la rizósfera de los cultivos leguminosos (Rochette & Janzen, 2005; Jantalia et al., 2008; Jensen et al., 2012). Más aun, existe controversia acerca del grado de verosimilitud de la emisión de N2O desde cultivos leguminosos, calculadas usando los factores de emisión por defecto del IPCC (IPCC, 1996; 2001). Es por ello que es altamente relevante saber en qué medida esta metodología sobrestima o subestima los valores de emisión de N2O. El objetivo del presente trabajo fue analizar comparativamente la emisión de N2O desde cultivos de soja con y sin FBN, para dar respuesta al interrogante planteado por resultados previos observados por Cosentino et al. (2013) que mostraban alta emisión de N2O desde el suelo con cultivo de soja, en el estadio cercano a la floración.

MATERIALES Y MÉTODOS

Sitio experimental y muestreo

Se trabajó en el campo experimental del INTA Castelar, provincia de Buenos Aires (34°36'49" S, 58°39'31" O) en cultivos de soja sembrados en un suelo Argiudol Vértico de la Serie Hur-lingham. El suelo de estudio se encuentra a una altura de 20 m snm, en posición de loma. Está compuesto por un horizonte A de 19 cm de profundidad, el cual presenta estructura en bloques subangulares, gruesos, débiles que se deshacen bajo leve presión en agregados granulares finos, porosos. La textura superficial del suelo es franco arcillo limosa (30% arcilla, 49% de limo y 21% de arena). Con un porcentaje de carbono orgánico de 2,29% en el horizonte A. Seguido de un horizonte BA que va desde los 19 a los 30 cm. Un horizonte Bt1 entre los 30 y 60, seguido de un Bt2 entre los 60 y los 90 cm, un horizonte BC que se extiende desde los 90 hasta los 125 cm y finalmente un horizonte Ck entre los 125 y los 145 cm (Castiglioni et al, 2005).

Se realizó un diseño completamente aleatorizado con dos variedades de soja genéticamente modificadas (tratamientos): variedad nodulante (LAE 0176403) y variedad no nodu-lantes (LAE 0176402) y tres repeticiones por tratamiento. La preparación del terreno para la siembra se realizó con un equipo desterronador ''Rotovator''. La siembra se realizó el 27 de octubre de 2011, con una densidad aproximada de 40 plantas/m2, y se regó al momento de la siembra para homogeneizar la emergencia de las plántulas. En los casos en que fue necesario, el cultivo fue regado y se realizaron las prácticas de manejo necesarias para evitar la pérdida total o parcial del cultivo por ataque de hongos, insectos, etc. Con el fin de evitar el aporte de la emisión de N2O por la descomposición, tanto de la parte aérea como de las raíces, el ensayo se finalizó antes del estadio de madurez fisiológica (R7) ya que esta etapa suele estar acompañada de la caída de las hojas.

Se trabajó con cámaras cerradas, no ventiladas rectangulares de 0,13 m2 de área y 0,13 m de altura. De acuerdo con los criterios de Rochette & Eriksen-Hamel (2008), las cámaras están formadas por dos partes: A) una base de hierro, la cual fue anclada al suelo 24 h antes de realizar la colecta del gas y con una inserción al suelo mayor a 5 cm; y B) una parte plástica (la cámara propiamente dicha) que se coloca al momento de la toma de las muestras y es removida una vez terminada la colecta del N2O.

Las cámaras fueron ubicadas separadas entre sí por una distancia aproximada de cinco metros y colocadas de manera tal de tomar las muestras de N2O procedentes tanto del surco como del entresurco del cultivo. Del interior de cada una de las cámaras se tomaron tres muestras de N2O para calcular la emisión y verificar la linealidad en la misma. Las muestras de N2O fueron extraídas utilizando una bomba de vacío a los 0, 20 y 40 minutos luego de la colocación de la parte superior de la cámara (cámara plástica). Las muestras de N2O fueron luego inyectadas en viales (frascos sellados) de 25 mL. Las mediciones de flujo fueron realizadas por triplicado dentro de cada tratamiento. Las muestras de N2O fueron colectadas en el horario de la mañana (9 - 12 a.m.), horario del día que mejor representa la emisión de N2O media diaria para la zona de estudio (Cosentino et al., 2012).

Determinaciones

La concentración de N2O dentro de cada vial fue determinada mediante el uso de un cromatógrafo de gases GC 6890 Agilent Technologies Network, equipado con un detector de captura de electrones de Ni 63 (Agilent Network GC System, ÁECD) y una columna HP- PlotMolesieve 30m x 530 |jm x 25 |jm. Las temperaturas del horno, del inyector y del detector fueron 150 °C, 100 °C y 300 °C, respectivamente. El gas carrier utilizado fue N2 y el volumen de inyección de 0,5 cm3. El flujo de N2O desde el suelo hacia la atmosfera se calculó mediante la siguiente ecuación:

donde AC/At es el cambio en la concentración de N2O dentro la cámara durante el tiempo de incubación (At), V es el volumen de la cámara (16,7 dm3), A es el área de suelo cubierta por la cámara (0,13 m2), m es el peso molecular de N2O y Vm es el volumen molar N2O. El flujo de gas se calculó como el incremento en la concentración de N2O durante el periodo de incubación.

Para corroborar la linealidad en las emisiones de N2O desde el suelo, se recurrió al análisis de regresión lineal, tomando como variable independiente el tiempo de emisión del gas desde el suelo hacia la atmósfera y como variable dependiente la concentración de gas acumulado dentro de la cámara. Cuando el coeficiente de determinación (R2) de la función lineal fue mayor que 0,7 la pendiente de la función representó la tasa de emisión de N2O; mientras que cuando R2 fue menor que 0,7 y la función lineal no pudo ser ajustada, el flujo de N2O en el intervalo fue considerado nulo. Los valores mínimos detectables (distinguibles de cero) se encontraron por encima de 0,3 |Lg de N-N2O m-2 h-1 o por debajo de 0,3 |Lg de N-N2O m-2 h-1.

Conjuntamente con la toma del gas, se midió la temperatura del aire a la sombra sobre la superficie del suelo y la temperatura del suelo cercano a las cámaras a los 0,10 m de profundidad. Después del muestreo del N2O, se colectaron muestras de suelo al costado de las cámaras para determinar la concentración de N-NO3- por colorimetría (Keeney & Nelson, 1982), luego de la reducción de los nitratos a nitritos a partir de la extracción con una solución de CuSO4 (Jackson, 1958) sobre las muestras de suelo húmedo. Se determinó la densidad aparente (Dap) por el método del cilindro (100 cm3; 0,05 m de diámetro) y el contenido hídrico gravimétrico (CHg) por secado en estufa a 105 °C. A partir de los valores de Dap y densidad de partícula (Dp) se calculó la porosidad total (PT), suponiendo una Dp de 2,65 Mg m-3 y el contenido de hídrico volumétrico (CHv) usando las ecuaciones (2) y (3).

PT (%) = 1 - (Dap / Dp) * 100 (2)

CHv (%) = CHg * Dap * 100 (3)

El porcentaje del espacio poroso lleno de agua (EPLLA%) se calculó a partir de los valores de PT y CHv utilizando la ecuación (4).

EPLLA (%) = CHv (%) / PT (%) * 100 (4)

Se realizó un análisis de regresión para verificar la linealidad de la emisión de N2O desde el suelo durante el tiempo de muestreo del gas. Todos los valores de emisión de N2O (positivos, negativos o nulos) fueron incluidos en el análisis. Se realizaron regresiones lineales de la emisión de N2O en función del contenido de nitratos del suelo y del EPLLA, y se analizaron las diferencias entre medias por medio de sus varianzas (ANOVA). Todas los análisis se realizaron mediante la utilización del programa estadístico InfoStat (InfoStat, 2010).

RESULTADOS

Previo a la realización del primer muestreo se corroboró la presencia de nódulos en las plantas correspondientes al tratamiento nodulante, y su ausencia en las no nodu-lantes. Los tratamientos no presentaron diferencias visibles en el tamaño de las plantas y estadio fenológico hasta los 54 días después de la siembra (DDS); estas diferencias recién comenzaron a percibirse a partir de los 75 DDS, momento en que las plantas correspondientes al tratamiento nodulante presentaron mayor tamaño y una coloración verde más intensa.

El suelo del ensayo presentó un valor de Dap de 1,43 Mg m-3, el cual fue significativamente (p < 0,05) superior al

observado en suelos cercanos no cultivados (1,2 Mg m-3). El EPLLA siempre superó el 40% y no presentó diferencias significativas entre los tratamientos (p>0,05). La temperatura del suelo siempre superó los 22 °C (Fig. 1). La altura promedio final para el cultivo de soja nodulante fue 0,8 metros, llegando a cubrir por completo el entresurco; mientras que la del cultivo de soja no nodulante fue de 0,7 metros y no cubrió completamente el entresurco.

La concentración de N-NO3- del suelo disminuyó en forma similar en ambos tratamientos hasta los 75 DDS (p = 0,87). A partir de ese momento la concentración de N-NO3- en el suelo con cultivo nodulante se mantuvo constante hasta 96 DDS, mientras la concentración de N-NO3-del suelo con cultivo no nodulante continuó disminuyendo (Fig. 2).

La emisión de N2O varió entre -9 a 15 |Lg N-N2O m-2 h-1. Sólo a los 96 DDS se observaron diferencias significativas (p<0,05) en la emisión de N2O entre los tratamientos, con valores de emisión mayores en el tratamiento con planta no nodulantes (Fig. 3).

La emisión de N2O presentó una relación positiva y significativa (p<0,05) con la concentración de N-NO3- del suelo para el tratamiento con cultivo nodulante (R2=0,46), no así con el cultivo no nodulante (Fig. 4). En el caso de EPLLA, hubo una relación positiva con la emisión de N2O para el tratamiento nodulante (R2=0,318); y una relación positiva y significativa (p<0,05) con el tratamiento no nodulante (R2=0,71; Fig. 5).

DISCUSIÓN

A excepción de la última fecha de muestreo, donde el tratamiento con cultivo no nodulante emitió más N2O que el tratamiento con cultivo nodulante, los valores de emisión de N2O del presente ensayo no mostraron diferencias significativas entre los tratamientos. Esto indica que la presencia de nódulos fijadores per se no afectó la cantidad de N2O emitida durante el crecimiento del cultivo de soja. Estos resultados difieren de los hallados por Ghosh et al. (2002), quienes observaron mayor emisión de N2O desde cultivos leguminosos en relación a cultivos no leguminosos. Esta mayor emisión de N2O fue atribuida a la presencia de exudados ricos en N que estimulan la actividad microbiana y promueven el consumo de oxígeno, generando así mi-crositios de anaerobiosis temporal en el suelo que favorecen el proceso de desnitrificación (Siddique et al., 2012). Ello no sucedió en el presente ensayo, en el cual la utilización de plantas de soja no nodulante permite asemejar su comportamiento respecto al N a las especies no leguminosas.

Los resultados del presente ensayo se asemejan a lo hallado por Alves et al. (Alves comunicación personal en Jensen et ai, 2012) en otro ensayo comparativo de soja no-dulante versus no nodulante. En ambos ensayos la emisión de N2O fue baja y estadísticamente similar entre los tratamientos. En el mismo sentido Jantalia et al(2008) moni-torearon dos sistemas diferentes de doble cultivo inverno-estival a lo largo de dos años consecutivos. Estos autores observaron que la emisión de N2O emitida a partir de la secuencia con doble cultivo leguminoso (soja-arveja) fue baja y similar a la proveniente de la secuencia maíz-trigo. Los autores Yang & Cai (2005) quienes también evaluaron la emisión de N2O durante el ciclo del cultivo de soja, mostraron que más del 90% de la emisión de N2O es producida durante la estación de crecimiento, principalmente durante el período cercano a la madurez fisiológica del cultivo. Estos autores propusieron que la emisión de N2O posiblemente proviene del N liberado por los nódulos y las raíces en descomposición, y no por la FBN.

Bajo las condiciones en que se desarrolló el ensayo, con concentraciones de N-NO3- superiores a 5 mg kg-1, temperatura del suelo mayor a 22 °C y porcentaje de EPLLA mayor al 40%, no debieran haberse producido limitaciones en los procesos de formación de N2O (Keeney et al., 1979; Dobbie et al., 1999; Cosentino et al., 2013). Más aún, la Dap más elevada del suelo del ensayo (1,40 Mg m-3) en relación con el suelo circundante (1,20 Mg m-3) permite inferir un menor espacio de macroporos llenos de aire en el suelo del ensayo. Ello causa decrecimiento en la difusión de O2, llevando a condiciones de anoxia y consecuentemente, a un incremento del proceso de desnitrificación, el cual suele ser acompañado por el aumento en la emisión N2O (Schnurr-Pütz et al., 2006; Berisso et al., 2012).

Los valores de emisión de N2O observados en el presente ensayo fueron menores a los observados por Cosentino et al. (2013) en un suelo de textura franca y con mejor calidad estructural. Una posible respuesta a la baja emisión de N2O desde el suelo de estudio puede hallarse en la elevada compactación del suelo. En efecto, puede afirmarse que un valor de Dap = 1,40 Mg m-3 equipara los valores de densidad máxima Proctor determinados en suelos de textura y calidad similar al estudiado (Micucci & Taboa-da, 2006), mostrando la existencia de compactación del suelo estudiado. Esta compactación del suelo lleva a cambios en la proporción de los diferentes tamaños de poros (i.e. aumento de la mesoporosidad a expensas de la ma-croporosidad; Hill et al., 1985). Esta pérdida de macroporos o poros estructurales afecta la capacidad de difusión del gas dentro del suelo, la cual está relacionada con el factor de impedancia, dependiente del tamaño, la forma y la orientación de los poros en el suelo (Taylor & Brar, 1991; Fen et al., 2009). El flujo de un gas entre el suelo y la atmósfera es el resultado de tres procesos básicos: la producción, el consumo y el transporte (Conrad, 1996). Por esto, podría pensarse que la falta de poros estructurales redujo la velocidad a la cual el N2O se movió desde el suelo hacia la atmósfera, dejándolo disponible dentro del suelo para ser reducido a N2 por la enzima nitroso-reductasa. De este modo, se observaron valores de emisión de N2O menores que los esperados. Dado que la Dap no presentó diferencias significativas entre los tratamientos, no existe evidencia para pensar que la compactación afectó diferencialmente los resultados.

En el tratamiento con soja nodulante, la concentración de N-NO3- del suelo explicó parcialmente la emisión de N2O (R2 = 0,46; p < 0,05; Fig. 4). Esta relación positiva entre la emisión de N2O y la concentración de N-NO3- también fue descrita por McSwiney & Robertson (2005), quienes observaron una respuesta similar bajo condiciones de campo en un ensayo fertilizado. También se observó una relación positiva entre la emisión de N2O y el EPLLA (Fig. 5), con valores de R2= 0,70 y p < 0,05 para el cultivo de soja nodulante y de R2= 0,32 y p < 0,056 para no nodulante. Estos resultados concuerdan con lo observado por otros autores en condiciones de invernáculo (Shelton et al., 2000; Schindlbacher & Zechmeister-Boltenstern, 2004) y de campo (Almaraz et al, 2009). Pero se oponen a lo observado por Jantalia et al. (2008) en un ensayo realizado a campo, quienes encontraron una relación negativa entre la emisión de N2O y el EPLLA.

La emisión de N2O fue baja en todo el ensayo, sin diferencias significativas entre tratamientos excepto para la última fecha de muestreo (96 DDS) (Fig. 3). Cuando el EPLLA del suelo supera el 60%, comienza a cobrar importancia el proceso de desnitrificación en detrimento de la nitrificación, como fuente de emisión de N2O (Linn & Doran, 1984). La desnitrificación alcanza un máximo cuando el EPLLA supera el valor crítico de 65% (Clayton et al.,1997), nivel a partir del cual pequeñas diferencias en el contenido hídrico del suelo pueden derivar en importantes diferencias en la emisión de N2O (Bateman & Baggs, 2005). Ello puedo haber sucedido en la última fecha de muestreo (96 DDS), cuando el valor de EPLLA fue cercano a ese valor crítico y además ligeramente mayor en el suelo con el tratamiento con cultivo no nodulante. Es posible que el mayor EPLLA en el tratamiento con soja no nodulante haya causado emisiones de N2O significativamente más altas en este tratamiento, aun cuando los valores en bruto de emisión de N2O fueron bajos. Resultados similares fueron observados por Bateman y Bagg (2005), con valores de emisión de N2O hasta 10 veces más elevadas cuando el EPLLA del suelo aumento de 60 a 70%, hecho atribuido al proceso de desnitrificación.

Estos resultados coinciden con lo recomendado por las últimas directrices de IPCC (2006) y cuestionan la decisión de cargar con más emisión de N2O al cultivo de soja.

CONCLUSIÓN

En el presente trabajo, en que se analizó comparativamente la emisión de N2O desde cultivos de soja con y sin FBN, la soja nodulante no emitió mayor cantidad de N2O que la no nodulante. En consecuencia, la presencia de nódulos fijadores perse no afectó la cantidad de N2O emitida durante el crecimiento del cultivo de soja.

Los resultados aquí obtenidos no han generado evidencia suficiente para sostener que el cultivo de soja nodulante presenta mayor emisión de N2O por FBN que el cultivo de soja no nodulante. Por ende, puede afirmarse que en el ensayo realizado la emisión de N2O por el cultivo de soja no provino del proceso de FBN. [/body]

[back]Agradecimientos

Este trabajo contó con el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (PICT 1684) y del consejo nacional de investigaciones científicas y tecnológicas (PIP 0148). Agradecemos a la ingeniera Mariana Kandus, a Javier Lubo y a Roberto Richmond por su colaboración durante la ejecución del experimento de campo.

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