+ Dr. (Ing. Agr.) René Antonio BENAVIDEZ 27/03/1931, Icaño, (Catamarca); 4/01/2013, Paraná (E. Ríos)
Tras una corta dolencia, falleció a la edad de 81 años el Dr. René Benavídez, destacado estudioso de la ciencia del suelo, de amplia trayectoria en institutos y universidades. Dedicó su vida a la investigación y a la enseñanza, caracterizada por su compromiso social, la acción gremial y política. Cursó estudios primarios en Icaño y en Frías (Sgo. del Estero) donde terminó su secundario como alumno destacado y abanderado de su promoción. Luego se graduó como Ing. Agrónomo en Tucumán, orientado por los Ings. Agrónomos Antonio Piñeiro y Ramón Zuccardi. Ya egresado, con ellos y su compañero de estudios Guillermo Fadda, realizó el «Relevamiento edafológico de los departamentos Tafí y Capital de la Prov. de Tucumán». Allí formó familia con Blanca Mellace, compañera inseparable.
En 1971 se posgraduó en Francia conducido por Stéphane Hénin, como Doctor en Geología Dinámica, opción Pedología, otorgado por la prestigiosa Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de París, la vieja Sorbonne, actualmente París VI. A su regreso de Francia fue invitado a participar como docente de la Escuela para Graduados en Ciencias Agropecuarias de la Rep. Argentina (1972-1974) proyecto que lamentablemente no continuó. Convocado por el INTA, formó el Departamento Suelos de la Estación Experimental de Paraná, dirigida por el recordado Ing. Agr. Urbano Rosbaco.
Con otros integrantes trabajó intensamente en la implementación de un programa nacional de conservación de suelos y realizó aportes principalmente en el tratamiento de la erosión en cárcavas. Con apoyo de especialistas de la FAO dio un gran impulso, combinando ciencia y tecnología a la resolución del grave problema de erosión hídrica en la Provincia. Participó en la organización de APINTA, gremio del personal de INTA, llevado siempre por el espíritu de solidaridad, camaradería y su militancia política. Los turbulentos momentos políticos que sobrevinieron a la muerte del Presidente Perón, fueron especialmente sentidos por el INTA y unidades académicas, donde cesantías y amenazas afectaron a parte del personal, siendo cesanteado de la institución en el año 1974. Pese a las restricciones laborales impuestas por la última Dictadura Militar, se incorporó como docente a la Universidad de Luján, concebida como una universidad moderna, con estructura departamental, centros regionales que vinculaban la investigación y la extensión, integrando el staff docente y ocupando funciones de gestión, interrumpidas por el inexplicable cierre de la Universidad. Recuperada la democracia se sumó al cuerpo docente de la más antigua Facultad de Agronomía del país como Profesor Titular Ordinario, de la Cátedra de Manejo y Conservación de Suelos hasta 1987.
Fueron sus contribuciones más importantes la definición de líneas de investigación, especialmente en estudios de hidrología, compactación y labranzas y la conducción de trabajos de posgrado. Integró las comisiones asesoras de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Prov. de Buenos Aires, dando impulso a estudios hidrológicos fundamentales, mediante el proyecto “Hidrología superficial y subsuperficial del área deprimida bonaerense, como base para la recuperación de tierras». Entre 1981 y 1987 fue Prof. Titular Ordinario de Edafología y Manejo y Conservación de Suelos en Fac. de Hidrología y Cs. Hídricas, compartiendo esa actividad con trabajos de investigación en el INCYTH, (Hoy Instituto Nacional del Agua) sobre hidrología e hidráulica en cuencas de llanura, prestando colaboración a grupos de estudio sobre el tema de la Univer-sidad Nacional de Rosario. Desde 1985 y durante más de 20 años hasta su jubilación, fue docente investigador en la Fac. de Ciencias Agropecuarias (UNER). Se inició como Profesor Invitado para dirigir el proyecto “Diagnóstico de Fertilidad Fosfórica y Evaluación de la Recuperación Física Química y Biológica del suelo en Rotación” y como Prof. Titular Ordinario de la Cátedra de «Edafología» desde 1987. Se preocupó por la organización de la cátedra para dar a la Facultad una orientación en investigación que tomara los aspectos de mayor relevancia en el sistema productivo agropecuario. Incorporó a la Cátedra a docentes de distintas especialidades y reconocido nivel de excelencia Realizó un trabajo innovador y fue constante su preocupación por elevar los niveles académicos.
Su trato llano y considerado permitió construir y mantener la cohesión de los numerosos equipos con los que trabajó, los que se sintieron estimulados para la actividad científica y a la prosecución de estudios de perfeccionamiento. La capacidad para el trabajo con equipos interdisciplinarios contribuyó al fortalecimiento del Departamento Ciencias de la Tierra y a generar fuertes lazos con otros departamentos académicos e instituciones como con la Universidad Tecnológica, el INTA, la UNL y el INA así como con entidades de productores, como el PROARROZ. Durante este lapso, por solicitud del Gobierno de Entre Ríos fue Asesor en la Dirección de Ciencia y Tecnología, interviniendo en la elaboración del proyecto de la ley Nº 23.877 de Promoción y Fomento de la Innovación Tecnológica y de su implementación en la Provincia. En esa oportunidad conformó el Consejo Regional de INTA durante dos períodos representando a la comunidad científica. Gracias a sus contactos internacionales logró la concurrencia de profesores de la Universidad de Viçosa, quienes contribu-yeron con su experiencia a mejorar aspectos relevantes de los análisis y ensayos sobre fósforo y la participación del Profe-sor Greacen (CIRO, Australia) quien expuso sus teorías sobre el comportamiento de Vertisoles y la posibilidad de utilización de equipos como los penetrómetros y la sonda de neutrones, de compleja respuesta de los suelos Vertisoles. En la permanente búsqueda de recursos para proyectos de investigación, exploró los difíciles caminos del financiamiento extrauniversitarios, como CONICET, PRONACOFEA INTA y La Agencia para la Promoción Científica, intentando también el financiamiento internacional. Generó para ello una verdadera usina de proyectos, y sus logros significaron verdaderos aportes a la producción, caracterizados por la aplicación de metodologías adaptadas al estudio de los sistemas agropecuario reales, compartiendo esa orientación con la del profesor don Antonio Piñeiro. Estas iniciativas se manifestaron en proyectos de investigación, publicaciones y cursos de posgrado que dictó en otras universidades Los alumnos lo supieron apreciar como docente y destacaron de él sus condiciones intelectuales y su didáctica puntillosa, la preocupación por trasmitir el conocimiento útil. Participó activamente de la vida universitaria, constituyendo los claustros académicos, integrando comisiones curriculares, representando a la universidad ante organismos científicos. Fue postulado por sus colegas en diferentes oportunidades, como candidato a los cargos de conducción universitaria. Defendió la educación pública, gratuita y de excelencia hasta el máximo grado. En reiteradas oportunidades, el gremio de docentes universitarios, lo convocó al ejercicio de la presidencia o de la secreta-ria gremial, lugar donde todos reconocieron su responsable labor y la aplicación de una férrea ética gremial. Integró comisiones científicas, fue evaluador y tribunal académico en la mayoría de las universidades argentinas, consultor en su especialidad, y fue reconocida su capacidad para la traducción de textos técnicos ya sea en inglés, francés o ruso.
La Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo, contó con su participación y contribución crítica en congresos y eventos especiales, habiendo estando a su cargo relatos y trabajos en comisiones. Hoy lamentamos la ausencia del Dr. Benavídez, pero valoramos sus aportes a los equipos de trabajo que ayudó a consolidar, a los profesionales preparados para enfrentar las exigencias de la agronomía, sus contribuciones a democratizar instituciones y sus aportes a la libre discusión de ideas científicas y políticas. Quienes continúan su tarea en la Universidad, el INTA e instituciones académicas, reconocen en la figura de René su pasión por la ciencia y tecnología y también su coherencia y compromiso con un proyecto de desarrollo de país que concibe la democracia y la política como herramientas transformadoras para mejorar la calidad de vida de las mayorías.
Jorge Cerana, Nene Codromaz, Egidio Scotta y Jorge de Orellana